© Aitor Fernández, 2007
Cabe destacar que la primera vía de entrada de los inmigrantes al Estado español son los aeropuertos y que sólo el 16,7% de los inmigrantes ‘ilegales’ atendidos por la ONG Médicos del Mundo en Canarias durante el año 2016 eran subsaharianos.
Prensa, radio y televisión han dado noticias erradas, exageradas y sacadas de contexto, como La gaceta de Canarias, periódico de gran influencia en las islas, que publicó en 2006 un artículo bajo el titular de Invasión de Cayucos.
Cada semana suelen aparecer en prensa artículos que nos hablan del número de ‘ilegales’ que llegan a las costas españolas y de su procedencia, sin informar de los motivos que llevaron a estas personas a emigrar.
Cruz Roja es la encargada de notificar a los medios la arribada de cayucos, el número de personas inmigrantes que llega en cada embarcación, y los datos básicos para realizar las crónicas periodísticas. Pero sólo informan a determinados medios, filtrando así la información.
Y es que hay muchos intereses en juego: a los medios autorizados les interesa seguir siendo los únicos en recibir la información exclusiva de primera mano, a Cruz Roja salir en televisión y seguir recibiendo subvenciones y donaciones, y al Gobierno mediatizar el problema de la inmigración.
Las personas africanas que pisan tierra española por mar son atendidas bajo el lema “ver, oír y callar” con el que trabaja Cruz Roja. “Somos una ONG de acción, no de denuncia”, sostiene el coordinador autonómico del ERIE (Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias) en Canarias, basándose en que no se puede actuar si se denuncia.
Las funciones que realiza Cruz Roja son básicas: cambio de ropa, agua, té, galletas, atención sanitaria básica, algo de lo que se podría encargar el Estado. Pero es más económico que lo realice una ONG que tiene millones de socios y que utiliza mano de obra voluntaria.
Los países de origen de los inmigrantes africanos suelen pagar al Estado español por recibirlos. Este dinero es invertido en su mayoría en Centros de Internamiento de extranjeros (CIE) donde los inmigrantes permanecen encerrados hasta que se tramita su orden de expulsión.
Algunos miembros de los cuerpos de seguridad del Estado se apropian de los GPS, motores e instrumentos de navegación que llegan en los cayucos, cuando por ley deberían ser devueltos a sus países de origen. Por otro lado, son muchos inmigrantes los que han denunciado abusos y malos tratos.
Realicé este proyecto en los meses de verano de 2007 en colaboración con Sigrid Hervás (el texto es una de las crónicas que realizó y que publicó en Periódico Diagonal, ahora El Salto Diario). Llegamos con la ilusión de contar los motivos por los que cientos de migrantes empezaban a jugarse la vida en el océano en barcas de pesca y, desde el principio, nos pusieron muchos obstáculos para poder acceder a las historias, tanto por la ONG que realizaba la atención primaria como por la administración y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Semanas después encontramos a una serie de periodistas críticos que nos ayudaron a conocer el verdadero trato que se les daba a los migrantes. Con tiempo y paciencia pudimos encontrar historias cruciales que pudieron ser publicadas.
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